Diarios

La maniquí

-¡He, pibe!  ¿Ves aquella chica re flaca del vestido esmeralda y los labios marrón?

-¿La de  pecas en los hombros?-

-Bueno che, que vista la tuya, no vi tanto. Pero fíjate bien, aquella de cuello de garza, que no hace gestos y sostiene el cigarrillo nerviosamente,  parece que lo besa como esperando que esa llama la consuma a ella.

-Si ya, es la misma, tiene toda la noche con los ojos en blanco, ¿Qué con ella?-

-Dicen que estuvo en Milán, que por años fue musa de un gordo afeminado de la industria, de esas minas que cierran pasarelas en París.-

– ¿Y qué hace esa diosa por acá, vino a darse un baño de pueblo?

-Dicen las malas lenguas que tiene la peor de las adicciones-

– ¿Y cuál es esa?

-No soporta la soledad. –

– No dices que vivía  de la moda, estaría rodeada de gente y tipos atrás de su culo todo el tiempo.-

– Exactamente.-

 

 

PS: Estas letras fueron un ejercicio para mi taller de escritura. El cometido era crear la sola descripción de un personaje y dentro una historia con un desenlace.

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