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La vida como el cine

La vida, como el cine, se podría dividir en tres etapas; la pre planeación, donde tienes que definir qué quieres mostrar, escribir con lujo de detalle tu guión, escoger locaciones y escuchar otras mentes junto a la tuya, dándote opciones, ayudándote a elegir la cinta que vas a rodar y como deberías hacerlo, escoger el género y planear el clímax. Algunas personas ponen estricta atención en llevar a cabo el plan bajo el guión articulado, nunca improvisan, no saltan o adelantan ningún renglón, por eso si algún imprevisto sucede se ven quebrados a la hora de escoger un plan B. Viene la parte donde hablamos de la ejecución de nuestra película, la más interesante de todas; donde convivimos con los actores que escogimos y no solo los grandes actores, sino donde cada pequeña ayuda es un engrane que necesitamos para proseguir, donde a veces el clima y las adversidades nos harán cambiar los planes, pero la función debe continuar. Donde a veces no tenemos el reparto que esperamos, o tenemos que deshacer el contrato con alguno de ellos, por el bien de nuestra obra. Por eso necesitamos formarnos y escoger un equipo que comulgue con nuestro fin, una familia que respete tu proyecto y te ayude a cumplirlo. La post producción es tal vez un acto no dependiente de la producción, no debería ser una etapa aparte, es ese tiempo donde quieres enmendar errores, adornar un poco tus escenas cortar y correr el tiempo.

Y la última etapa, igual de bella que las anteriores, es donde te sientas cómodamente en un sillón a observar la obra maestra que creaste; con tus manos, con tus decisiones, admirando cada falla y dando gracias por los aciertos. Cuando llegas ahí, Solo queda sentarte a admirar. Pero para disfrutar la película que quieres ver tienes que estar consciente, en las etapas anteriores, de que eres el único director de tu propia vida, de que nadie más que tú tiene el rol más importante y de que tú decides si llevar al pie de la letra tu story board, si llenarte de un equipo talentoso o ir solo por tus locaciones. La vida es como el cine, y nadie más que tú tiene el papel principal. El cine se salta la monotonía de la vida y solo te muestra las mejores partes (por mejores no me refiero a felices, sino a trascendentales).

Si tuviera que contar mi vida como en los últimos cinco minutos de existencia de un personaje en una película, así, con imágenes cortas, cursis y significativas, el rollo de mi película enfocaría a una yo pequeña sentada sobre el regazo de su abuelo en su mecedora, tomando la manita pequeña y regordeta de mi hermana cuando aprendía a caminar. Estaría sentada escuchando tararear a mis padres canciones de Roberto Carlos durante algún viaje en el auto, en un tiempo cuando la vida era bastante sencilla. En colores más tenues, vería a ese rubio menor que yo que me robó mi primer beso en el portón de mi casa una tarde caliente de septiembre, aunque él nunca lo supo. Correría mi viejo Mustang con mi antiguo clan de crimen de esas locas que solían ser mis amigas, cantando a todo pulmón canciones de Timbiriche. Volvería a la tarde que nadé en el Mediterráneo por primera vez, bailaría tango con un bailarín callejero en San Telmo y me perdería una vez más en autobús en Hollywood, buscando comida rapida. Seguro pasarían como flashes las caras de las personas que marcaron mi vida alrededor del mundo, espero poder volver a verlas antes de morir, quisiera que supieran que nunca se fueron aunque pasaron genuinas dos semanas o 10 años. Si el tráiler de mi vida tuviera cinco minutos no pasaría desapercibido el primer año nuevo que recibí con mi novio de toda la vida, ese que me vio bailar y romper en llanto de frustración y felicidad incontables veces.

Mi primer creme brulée, la sonrisa en los ojos de ese extranjero encantador que me gustaba para regalarle mi presente y todo mi futuro. Las luces de la Torre Eiffel, las cenas de Navidad, la noche que me caí en tacones y arreglada en una calle repleta de autos amarillos en New York, mientras las mujeres de mi vida se reían a todo pulmon. Por último, para cerrar mi obra maestra, aparecería esta ventanita que me recibió cada día igual de mejestuosa y simple, durante todo un verano. El mismo verano que me hizo pasar de ser una chica normal a una que encontraba la belleza extrema en cada rincón, incluso en una simple ventana.

PS: A ti que estas leyendo esto, te deseo siempre una continua rotación de momentos felices.

Un comentario sobre “La vida como el cine

  1. Señorita blogger… no manches!
    Primero, muchas felicidades, el artículo está genial!
    Soy un amante de las analogías, el cine, la poesía y la vida. En tu artículo me encuentro todo eso junto en una pizca de espacio. Como ingeniero, primero la parte mental de buscar una explicación a las cosas y, una forma genial de hacerlo, es por medio de las analogías. Aquí me encuentro una definición perfecta de lo que puede ser la vida y cómo por medio del cine se puede describir. Cada una de las etapas, la preparación de la obra, los actores, locaciones y la visualización final de lo logrado. Simplemente me encanta. En mi caso he jugado fútbol y hecho deporte toda mi vida, por eso siempre lo he usado para hacer esa analogía con la vida… que se puede describir en otro artículo como el tuyo, pero después lo haré. Te cuento que ya me motivaste a hacerlo… ya influiste e impactaste a alguien.

    Después, la poesía… aunque no sea un poema como tal, en la parte final se percibe claramente que sientes lo que escribes, que transmites con palabras lo que viviste en unas cuantas líneas y le das ese toque artístico. En la poesía y el arte en general se puede llegar a esas partes del alma que no se puede transmitir con palabras objetivas y con explicaciones para un ingeniero como yo. Se viven experiencias inefables. Por eso, me encanta complementar todo con arte. En la segunda parte de tu artículo me pude meter a tu vida y ser empático con todo eso que has disfrutado y yo también disfrutar recordando mi vida.

    En fin… me hiciste disfrutar de leerte y compartir escribiendo en estos diez minutos. Ojalá que sigas por ahí.

    Saludos!! Y qué viva el Real Madrid!!

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