Cuento para despedir
La descubrí tratando de entrar por una ventana, con un pie casi adentro y el resto del cuerpo fuera, forzado e incomodo, como de contorsionista. Me fijé en ella porque llevaba una sonrisa apagada, como hastiada pero decidida, con unos ojos que brillaban con fuerza. La rara combinación me dejo perpleja. Me descubrí admirándola por… Sigue leyendo Cuento para despedir
