Y me sentí plena
Victoria estaba sentada sobre mis piernas en un césped tibio con vista a una playa de Santa Barbará, por el rabillo de mis ojos podía ver sus bellos cabellitos dorados y la trompita de pato que utiliza para causar ternura, porque a sus dos años y siendo mujer, ya sabe jugar bien sus cartas. Siempre… Sigue leyendo Y me sentí plena
