Desamor · Storyteller

Cuento para despedir

La descubrí tratando de entrar por una ventana, con un pie casi adentro y el resto del cuerpo fuera, forzado e incomodo, como de contorsionista. Me fijé en ella porque llevaba una  sonrisa apagada, como hastiada pero decidida, con unos ojos que brillaban con fuerza. La rara combinación me dejo perpleja. Me descubrí admirándola por… Sigue leyendo Cuento para despedir

Diarios · Storyteller

Todos los hombres de los que me enamoré

Yo soy ese tipo de chica a la que le gusta presumir que solo se ha enamorado una vez y que lo hace porque el sufrimiento también es buen seductor, busco esa excusa para la historia de mujer fatal que te sonríe dulcemente pero con la que te percatas que tal vez no deberías confiar. … Sigue leyendo Todos los hombres de los que me enamoré

Diarios · Storyteller

Flores de verano

»Ella caminaba y decía que los ayeres nunca podrían convertirse en mañanas; que hay flores que duran un verano porque la vida es así, y de nada vale ahogarles en agua si ya es invierno.» 

A la larga empiezas a darte cuenta que las flores no siempre vienen con fragancia a buenas intenciones. Que la belleza y el color de los pétalos te hacen desviar la vista de las espinas. A la larga la hierba que sigue creciendo terca y se adapta a cualquier tempestad empieza a parecerte mas atractiva. Que los otoños y los inviernos no deberían dejarnos en soledad. Por eso opte por crecer mi propio huerto repleto de girasoles fuertes, alegres de florecer en los lugares mas remotos. Estoy aprendiendo a ir podando mis delicadas y petulantes orquídeas, no menos necesarias y queridas en mi jardín. Añadí a mis oraciones matutinas mas días de sol pero sin olvidar y nunca olvidar, que es la lluvia la que hace crecer las flores. 

PS: En la foto estoy bailando en el jardín que nunca anochece, un pasillo con flores de mosaico sin otro fin que adornar bellamente el lugar.  La perfección me parece cada vez un propósito mas triste. 

Diarios · Storyteller

¡Vive, joder, vive!

Mañana podría sufrir una enfermedad terminal, mañana tal vez pierda a alguien que amo, mañana probablemente la vida no sea tan tranquila ni el aire que corre me acaricie tan sutilmente. Pero tengo el hoy, tengo está mañana que volví a pedirle a mi creador un corazón dulce y una mente más abierta.
Tengo hoy que me siento fuerte, que mi cabello brilla, que los tíos en la calle me miran y amigas que se ríen de mis chistes malos. Tengo un compañero de piso que me enseña de meditación, una cerveza en la mano y gente viviendo al otro lado del mundo que piensa que ha sido bueno conocerme.
Tengo el presente de maestro, enseñándome a vivir con las manos abiertas, a soltar, soltar, repítelo hasta que te salga.

Tengo este amanecer en el rompe olas de Barcelona y un mantra tatuado en la espalda que me recuerda que todo pasa, que no tengo ni puta idea de que pasara mañana, pero la completa seguridad que no puedo pasar hoy.

Ps: «Forever is composed of nows» Emily Dickinson.